Todo paciente, tras una intervención de este tipo, ingresa en la Unidad de Cuidados Intensivos de Pediátrica para control evolutivo y tratamiento del dolor durante 24 horas. No tienen dolor de cabeza, tan solo molestias por la herida quirúrgica y la inflamación. De hecho, pasadas 48 horas de la intervención, es suficiente con un solo analgésico por vía oral. Es cierto que, en función del tipo de cirugía, y por la manipulación de los tejidos, en ocasiones se produce un hematoma palpebral importante, que incluso puede impedir que el niño/a abra los ojos. No deben asustarse, se trata de un fenómeno normal y se soluciona en 24 o 48 horas.
Cuando su hijo salga de la Unidad de Cuidados Intensivos, puede cogerle sin miedo a hacerle daño.