La herida quirúrgica siempre tiene que estar limpia y seca. Se recomienda lavar la cabeza y la herida de forma normal, con agua y jabón, y secar bien, incluso utilizar un secador (aire frío). Después debe aplicarse a la herida un antiséptico durante el tiempo en el que todavía lleve material de sutura.
Si la herida presenta signos de enrojecimiento, supuración, mal olor, calor, etc, debe acudir a urgencias del centro donde se trató.